Alhona es una startup industrial centrada en digitalizar procesos de planta mediante datos en tiempo real. Me incorporé cuando el producto apenas existía: mi misión fue definir una base visual, estructural y de escalabilidad que permitiera al producto crecer con orden. Desde la organización de archivos en Figma hasta la creación del Design System, trabajé para que cada decisión de diseño facilitase el trabajo del equipo y la adopción por parte de usuarios técnicos.
La plataforma combinaba datos, reglas y visualizaciones técnicas. Diseñar pantallas complejas, con tablas dinámicas y paneles de información, exigía estructurar la densidad de contenido sin perder claridad. Para sostener esa complejidad definimos patrones y tokens reutilizables: jerarquías visuales, componentes modulares y contratos claros con desarrollo que permitieron iterar sin romper consistencia.
El foco fue siempre la escalabilidad: crear una base visual que resistiera el crecimiento del producto y el aumento de funcionalidades. Cada nueva vista fue una oportunidad para fortalecer el sistema y probar su flexibilidad real.
Desde el primer día, uno de los principales retos fue organizar el entorno de diseño. Estructuré el espacio de trabajo en Figma, definiendo convenciones, jerarquías y nomenclaturas para que el sistema fuera sólido, compartido y escalable. Cada componente, página o frame seguía un mismo criterio: que cualquier persona del equipo pudiera entenderlo y continuar el trabajo sin fricción.
Con el producto aún en una fase inicial, desarrollé el Design System desde cero. Definí la base tipográfica, los colores, espaciados, tokens y componentes reutilizables, alineando a diseño y desarrollo bajo un mismo lenguaje visual. Este sistema se convirtió en una guía viva, evolucionando con cada nueva funcionalidad y garantizando coherencia y eficiencia en la creación de interfaces.
Esta funcionalidad empezó siendo una vista sencilla, pero en pocos meses evolucionó hasta convertirse en uno de los núcleos de la aplicación. Junto al equipo de producto iteramos semana a semana, aumentando la complejidad del modelo y las opciones del diseño. Fue un proceso ágil, basado en validaciones rápidas y feedback constante, que permitió mantener la coherencia visual incluso en un entorno cambiante.
Además de las alarmas y las reglas, el Dashboard se convirtió en una de las áreas más representativas del producto. Diseñé un sistema modular de tarjetas, métricas y componentes de estado, que permitía visualizar indicadores clave con claridad. Este enfoque hizo posible escalar el diseño a diferentes resoluciones y tipos de datos sin perder la jerarquía visual.
Validamos hipótesis mediante test rápidos con stakeholders y usuarios internos. Los prototipos en Figma nos ayudaron a detectar problemas tempranos en flujos críticos, especialmente en configuraciones de reglas y visualización de datos. Este enfoque de iteración continua mejoró la toma de decisiones de producto y consolidó la colaboración entre diseño y desarrollo.
Desde el inicio trabajé estrechamente con el equipo de desarrollo para definir una estructura escalable. Establecimos una base de responsive, lo que permitió mantener consistencia entre diseño y código. La documentación visual y la comunicación constante facilitaron un handoff fluido y una implementación fiel.
Aunque cada módulo tenía objetivos distintos, el diseño mantuvo una estructura coherente en toda la plataforma. Listas, dashboards, reglas y pantallas de configuración compartían los mismos principios de jerarquía, ritmo y tono visual.
Diseño de producto: Consolidé la arquitectura visual, los flujos críticos y la documentación en Figma, reduciendo la ambigüedad en handoffs y acelerando entregas.
Colaboración técnica: Definí componentes y tokens reutilizables, lo que facilitó la implementación y redujo la deuda técnica relacionada con UI.
Impacto: El Design System permitió lanzar nuevas vistas y reglas con menor coste de diseño y una curva de aprendizaje más corta para nuevos miembros.